domingo, 4 de diciembre de 2011

EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR

Las obras literarias que cuentan una historia imaginada por su autor y protagonizada por unos personajes, pertenecen al género narrativo.

Las narraciones literarias se componen tanto en verso como en prosa y se caracterizan por la presencia de un un narrador. Recordar siempre que el narrador no es el autor, sino una invención de éste.
Para simplificar, se considera que el narrador puede se
Narrador protagonista: relata los hechos en primera persona
Narrador omnisciente: relata los hechos en tercera persona y está fuera del relato, no es uno de los personajes.
Narrador testigo: relata los hechos
en primera y tercera persona y es un personaje secundario en el relato.

Para saber más sobre Clases y Puntos de vista del narrador, consultar la entrada de Wikipedia:

NARRADOR

MARTIN FIERRO

AUTOR:

JOSÉ HERNÁNDEZ (1834 – 1886) Nació en Buenos Aires, en una época marcada por las luchas entre unitarios y federales. El ámbito rural y su habitante, el gaucho, tienen una presencia fundamental en su biografía. En efecto, en el campo, Hernández comprende, por un lado que el coraje es un atributo exigido tanto para el patrón como para el peón, y, por otro lado, que gauchos y mayordomos pasaban de las faenas ganaderas a la defensa del territorio frente al indio, o a la participación en las revueltas políticas de la época.

En los enfrentamientos que Buenos Aires tuvo con el interior, Hernández manifestó posturas políticas contradictorias. Se dedicó al periodismo, a la actividad militar y a la política. Fue diputado y senador. Obras: El Chacho; Instrucción del estanciero y el Martín Fierro.



GÉNERO LITERARIO:

Lírico – Narrativo. Es un Poema Gauchesco.

Literatura gaucha: era un tipo de poesía del hombre del campo, sin cultura. De carácter oral, popular, tradicional y colectiva, inspirada en la poesía española del romancero y las coplas. Predominan las estrofas de cuatro versos octosílabos. Las payadas son poesías compuestas en el momento (improvisadas), sobre un tema propuesto. Las payadas de contrapunto son un diálogo establecido entre dos gauchos que improvisan una especia de duelo verbal en base a un tema (siempre acompañados por su guitarra).

Literatura gauchesca:  Escritores cultos, a imitación de la literatura gaucha, toman esta temática y la recrean y el estilo con la lengua peculiar del gaucho, con un fin estético. Hay tres períodos de esta literatura. Está considerada como una manifestación del Romanticismo.

ü  Los orígenes                  hasta 1830. Bartolomé Hidalgo y sus Cielitos y Diálogos patrióticos.

ü  El desarrollo                   desde 1830. Hilario Ascasubi, con Santos Vega y Estanislao del Campo, con Fausto.

ü  La culminación  con José Hernández, Martín Fierro, y Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra



TITULO:

Es el nombre del protagonista. Su nombre Martín se debe a que el autor era de los pagos de Pedriel, en el partido de San Martín (Hernández había nacido en la estancia de los Pueyrredón) y Fierro hace referencia al cuchillo inseparable del personaje.



ESPACIO Y TIEMPO:

Marco geográfico: la llanura pampeana, el ámbito del gaucho, sus costumbres, su lenguaje.

Marco histórico: segunda mitad del siglo XIX. Gobierno de Sarmiento (en La Ida) y Gobierno de Avellaneda (La Vuelta).



ESTRUCTURA EXTERNA:

Dos partes:

LA IDA (1872):

13 cantos. Alternan el carácter lírico (cantos 1 y 2), narrativo (cantos 3 a 13) y dramático (canto 9). Consta de una introducción en donde se presentan los propósitos de la obra. Martín Fierro va a cantar para calmar sus penas y hace una invocación a los dioses (canto 1):

“Aquí me pongo a cantar

al compás de la vigüela[1],

que el hombre que lo desvela

una pena estrordinaria[2]

como la ave solitaria

con el cantar se consuela”



En el canto 2, habla de la vida del gaucho en el campo, una vida feliz.

Del canto 3 al 7, un relato autobiográfico: El gobierno rompe esa armonía llevando a los gauchos al ejército (la leva). Martín Fierro es obligado a ir a la frontera (límite que había entre el mundo del blanco y el mundo del indio). Sufre varias injusticias, se escapa (“gaucho desertor”). Regresa a su rancho y no encuentra ni a su mujer, ni a sus hijos. Se emborracha y se hace pendenciero “gaucho malo”). Mata a dos hombres (canto 7 y 8), a causa del alcohol y huye de la justicia (“gaucho matrero”). Su fama de gaucho malo crece, lo persigue una partida de policía y lo rodean entre unos matorrales. Fierro pelea solo con su cuchillo (el facón del gaucho). Uno de los policías se admira del valor de Fierro y se pone de su lado, logran vencer a la partida y huir(canto 9). El policía se presenta, es el sargento Cruz, quien cuenta una historia de vida similar a la de Fierro, pero que terminó aceptando ser policía. Hay una fuerte critica a la política gubernamental (cantos 10 a 12). Ambos deciden huir al desierto (la pampa indomable, el mundo del indio) (canto 13).



LA VUELTA (1879)

33 cantos. Predomina el carácter narrativo, alternando con el lírico y el dramático.

Canto 1: nueva presentación de sus propósitos y el tema.

Cantos 2 al 10: Relata los cinco años vividos entre los indios, las tolderías. Son maltratados por los indios. Muere Cruz, enfermo de viruela. Cuenta la historia de una cautiva (mujer blanca secuestrada y maltratada por los indios). M. F. enfrenta a un indio y logra huir con la cautiva.

Canto 11: Fierro se reencuentra con sus hijos, ahora hombres grandes. Cada hijo va a contar su vida.

Canto 12: El hijo mayor cuenta su historia en la penitenciaría (la cárcel).

Cantos 13 al 19: Historia del hijo segundo. Al quedar huérfano, es criado por unas tías, que lo dejan heredero de una pequeña fortuna. Un juez le quita sus bienes y lo deja a cargo de un tutor: “el viejo Vizcacha”, el personaje más colorido de la obra.

Canto 20 al 28: Encuentro con Picardía, el hijo de Cruz. La historia de su vida es muy similar a la vivida por Fierro y Cruz en la primera parte, es un personaje que retoma la tradición de la novela picaresca española.

Cantos 29 y 30: Encuentro con el moreno, hermano del moreno al que había matado Fierro en la primera parte. Hay una payada entre Martín Fierro y el moreno.

Canto 31 y 32: Fierro se va con los tres muchachos y les da los memorables consejos:



“Los hermanos sean unidos

porque esa es la ley primera;

Tengan unión verdadera

En cualquier tiempo que sea,

Porque si entre ello pelean,

Los devoran los de ajuera[3].”



Canto 33: Despedida y dispersión de Fierro y sus hijos a los cuatro vientos.



NARRADOR:

Alterna el narrador omnisciente (tercera persona), con el narrador protagonista (primera persona). Los narradores son el propio autor, Martín Fierro, el sargento Cruz, el hijo mayor, el hijo segundo y Picardía, ya que ellos cuentan su historia en primera persona.



PERSONAJES:

Son típicos del campo. Todos gauchos.



MARTÍN FIERRO: Protagonista. El héroe romántico. Encarna el arquetipo del gaucho. De origen criollo, heredero del conquistador español, siempre al margen de la ley. Tiene una forma particular de vestirse y de hablar (apegado a las tradiciones españolas, el habla es un español popular y arcaico). Sus atributos son: el caballo, el cuchillo y la guitarra. A pesar de las circunstancias, es un hombre íntegro, que sufre injusticias, que reclama para el hombre del campo las instituciones básicas. Considera al trabajo como forma de realización personal. Su personalidad está delineada en el Facundo de D. F. Sarmiento: baquiano (conoce muy bien el terreno donde se mueve), rastreador (reconoce huellas, sonidos, etc.) y gaucho malo (se hace malo por las circunstancias de la vida).

EL SARGENTO CRUZ: En teatro se diría que es el deuteragonista (el segundo en importancia). El semihéroe. Con las mismas características del héroe, pero sin su grandeza. Representa la amistad entre los gauchos.

EL VIEJO VIZCACHA: El antihéroe. Está descripto como un viejo gaucho cínico, perverso, antisocial por naturaleza, misógino (odia a las mujeres), ladrón, resentido social, blasfemo, aprovechador. Vive en un rancho inmundo, rodeado de perros, le escupía el asado a otros gauchos, para que no lo puedan comer. Es la antítesis de Fierro. Los consejos que le da al hijo segundo de Fierro, se oponen a los del protagonista en el aspecto ético. Son consejos antiéticos y oportunistas:

“Hacéte amigo del Juez

No le des de qué quejarse;

Y cuando quiera enojarse

Vos te debés encoger,

Pues siempre es güeno tener

Palenque ande[4] ir a rascarse.”



LOS HIJOS DE CRUZ: Son una versión joven de Martín Fierro

EL NEGRO, EL INDIO, EL GRINGO: Son personajes que representan a un grupo social y tienen en común que son despreciados por el gaucho.

LA CAUTIVA: El único personaje femenino. Aunque el protagonista no se revela como misógino, las mujeres son apenas mencionadas.



TEMAS:

IDEA CENTRAL


El autor manifiesta una oposición a la organización social de su época (específicamente el gobierno de Sarmiento) y su inadaptación a un régimen cuyos dirigentes desprecian al hombre del campo o sólo les interesa como votantes en las elecciones. Esta postura está encarnada en su personaje Martín Fierro. En “La Vuelta” hay una actitud conciliadora, ya que el gobierno era el de Nicolás Avellaneda.

Principal: La vida de un gaucho marginal y la injusticia a la que es sometido.

Secundarios:

  • La fe religiosa
  • El desprecio por los inmigrantes europeos que traen la agricultura
  • El odio al indio

·         El desprecio al negro


  • Las costumbres del campo
  • La infracción de las leyes sociales
  • Las luchas entre indios y blancos
  • La vida en las tolderías
  • La vida de las cárceles y el juego
  • La amistad



ESTILO:

Por tratarse de una obra escrita en verso hay que tener en cuenta los aspectos líricos.



Cada canto consta de varias estrofas:

La sextina hernandiana, (estrofa creada por Hernández) que consta de seis versos octosílabos (8 sílabas) y rima consonante y asonante (a,b,b,c,c,b):



Cantando me he de morir

cantando me han de enterrar

y cantando he de llegar

al pié del eterno Padre,

dende[5] el vientre de mi madre

vine a este mundo a cantar



También hay redondillas, cuartetas, una décima y cuatro romances (clases de estrofas).



LENGUAJE:

Hernández logró trasladar el habla oral del gaucho a la lengua escrita, con todas sus particularidades e imperfecciones. Es un lenguaje artificial.

  • Supresiones: amistá x amistad; sentao x sentado.
  • Apócope: pa x para.
  • Cierre de vocales: pior x peor.
  • Sustitución: yelan x hielan; güérfano x huérfano.
  • Arcaísmos (palabras que pasaron de moda): ansina x así; mesmo x mismo; dende x desde.
  • Diptongación: nuembres x nombres.



[1] Vigüela: guitarra.
[2] Estrordinaria: habla del gaucho, por extraordinaria.
[3] Ajuera: habla del gaucho por afuera.
[4] Güeno y ande: habla del gaucho por bueno y adonde.
[5] Dende: habla del gaucho por desde.

domingo, 5 de junio de 2011

MI NOMBRE ES KHAN


1 - Explica el título en relación con la película.
2 - ¿Quién es el protagonista? ¿De qué nacionalidad es? ¿Qué enfermedad tiene?
3 - ¿En qué lo perjudica y en que lo beneficia esa enfermedad?
4 - ¿De qué religión es? ¿Cómo le explica su madre que no debe discriminar a los de la otra religión?
5 - ¿Por qué debe viajar a Estados Unidos?
6 - ¿Quién es Mandira? ¿Cómo la conquistó?
7 - ¿Se puede afirmar que el tema de la película son los prejuicios? Justifica tu respuesta.
8 - ¿Qué hecho histórico reciente da origen al conflicto de la obra?
9 - ¿Cómo afecta ese hecho al protagonista? ¿A partir de eso, que se propone hacer?
10 - ¿Cómo se da en la película el tema de la solidaridad?
Mi nombres es Khan en Wikipedia

Mi nombre es Khan - My name is Khan

viernes, 4 de febrero de 2011

JUAN JOSÉ SAER

Nació en Serodino, provincia de Santa Fe, y se dedicó a escribir desde muy joven. Con poco más de 20 años, ya había publicado su primer libro de cuentos, En la zona (1960). Se dedicó al periodismo en el diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe, donde dirigió un suplemento literario. En 1968, viajó a Francia con una beca del gobierno de ese país. Desde entonces, vive allí. Actualmente es profesor en la Facultad de Letras de la Universidad de Rennes.
En su producción alternan el cuento, la novela, la poesía (El arte de narrar, 1977) y se ha dedicado al ensayo (El río sin orillas, 1993, y El concepto de ficción, 1997). Entre sus libros de relatos figuran: Palo y hueso (1965), Unidad de lugar (1967), La mayor (1977). Sus novelas más difundidas son: El limonero real (1974); Nadie, nada, nunca (1980) y El entenado (1983).
Juan José Saer se considera a sí mismo como un narrador perteneciente a la generación de 1960, una década que en la Argentina fue particularmente prolífica en lo que se refiere a la literatura y al arte y en la que se discutió con vehemencia acerca de las relaciones de estas dos manifestaciones con la política. La obra de Saer, sin embargo, comenzó a consolidarse y a difundirse intensamente en la década de 1980.

LA ESCRITURA DE JUAN JOSÉ SAER

La generación a la que pertenece Saer se caracterizó, entre otras cosas, por una nueva toma de posición frente a la literatura argentina. En efecto, logró abordar la obra de ciertos escritores, como la de Jorge Luis Borges (1899-1986), sin los prejuicios de lectura que tenían respecto de él quienes lo consideraban un “escritor de derecha”, calificación que no establecía diferenciaciones entre sus posiciones ideológicas y su producción literaria. Haciendo caso omiso de esta evaluación sobre Borges, Saer lo reivindicó como escritor, aun cuando políticamente se encontraba en sus antípodas.
Esta generación, además, se destacó por el carácter cosmopolita de sus lecturas que iban más allá de lo que se producía en el país tanto en la ficción como en el ámbito teórico, multiplicidad que se reflejó en su producción.
“Mi objetivo — declara el propio Juan José Saer — es combinar el rigor formal de la narración moderna con la intensidad de la percepción poética del mundo”. Y si algo distingue a su prosa es, precisamente, el rigor formal, la insistencia sobre la forma, el trabajo minucioso de la lengua.
Toda la obra de Saer está recorrida por un afán experimental, un deseo de investigar qué se puede na-rrar de la realidad y de qué forma es posible hacerlo. De esta manera, la anécdota pasa a un segundo plano. Su preocupación por liberar a la literatura de lo meramente anecdótico para adentrarse en las posibilidades que brinda la forma acercan su escritura a la de un compositor de música.
“Personalmente — dice él mismo — escucho mucha música y, frecuentemente, su perfección formal despierta en mí nostalgia de un relato que sea forma pura, a lo cual tiende, sin duda, El limonero real que, hacia el final, busca desprenderse de los acontecimientos para desenvolverse poco a poco en forma pura”.

UNA ESCRITURA EXPERIMENTAL

Por su carácter experimental, no siempre resulta fácil penetrar en un texto de Saer. Oraciones largas, complejas, con un uso particular de los signos de puntuación impiden muchas veces acceder fácilmente a su lectura. Por este motivo, para adentrarse en sus textos, es preciso descubrir el juego que proponen. Una vez que se ha hecho este descubrimiento, la lectura se desliza más fácilmente. Y esta es otra de sus características distintivas: el carácter lúdico de su escritura, cuyas claves se van descubriendo poco a poco.
Además de su preocupación por la forma, por los procedimientos que son propios de la literatura, otra de las particularidades de la obra de Saer es su carácter abierto. Es decir, que una historia o un personaje puede pasar de un relato a otro, como si ninguna historia se cerrara jamás del todo. Se constituye así un universo saereano perfectamente reconocible, que excede los contornos de cada obra en partí culpar. El río, el pueblo, las reuniones de amigos, los personajes del lugar están siempre en sus relatos; sin embargo, el tratamiento que recibe ese material es totalmente ajeno al costumbrismo realista.

EXILIO Y LITERATURA

Antes de acercarse a la obra de Saer, es importante tener en cuenta que él escribe desde París, la ciu-dad que ha elegido para vivir durante su exilio y en la que continúa viviendo hasta la actualidad. En re-lación con ese tema, escribe en El concepto de ficción: “La tendencia a considerar nuestra experiencia individual y presente como única puede hacernos olvidar que, en la Argentina, el exilio de los hombres de letras, más que la resultante esporádica de un conflicto de personas aisladas con una circunstancia histórica, es casi una tradición. Toda la literatura argentina del siglo XIX ha sido escrita por exiliados. Los ejemplos clásicos de Sarmiento y Hernández van más allá de la caracterización biográfica para pasar a la categoría de modelos o arquetipos. Sus exilios individuales son más bien un síntoma de las constantes estructurales de nuestra sociedad que mostrarían que, en la Argentina, la situación del escritor, y en general del intelectual, es incierta y problemática”.

EL LIMONERO REAL

Novela sobre el ciclo y sobre la producción y relato de tema campesino, El limonero real se divide en nueve partes que van organizando, en forma recursiva y recurrente, una anécdota muy breve, cuyo desarrollo abarca exactamente un día, y cuyo episodio central lo constituye una fiesta de fin de año, a la que Wenceslao — el personaje central — asiste, mientras su mujer rechaza. Pero el desarrollo de este núcleo temático permite, a su vez, ir consignando una exposición que revela una evidente filiación con ciertas técnicas y procedimientos del Nouveau-Roman (la escuela objetivista francesa), y que en este caso abarca, sometiéndolas a una relación de coexistencia espacial, todas las fases que se suceden desde la génesis del relato, hasta la constitución material definitiva del texto como totalidad.
Esta obra se propone a la lectura como un texto sobre la eternidad y sobre el ciclo, o sobre el ciclo eterno. El texto se constituye en “un relato sobre el proceso de construcción de un relato”.
Pero además de su propia obra constructiva, El limonero real también narra una historia escritutaria personal, que abarca todos los textos que lo preceden. También narra desde la perspectiva que se centra en su relación con otros campos textuales. El limonero real es un texto en el que cada uno de estos mecanismos alcanza una suerte de tratamiento hiperbólico, el trabajo intertextual presenta una particular amplitud, que da cumplimiento a la tercera inscripción histórica que pone en escena la novela. Recrea una historia universal del relato, algunos de cuyos principales momentos son revisados en forma paródica, tal como ocurre en el caso de ciertas modalidades tradicionales, como el cuento de hadas o los relatos míticos que incluye la novela, y en el de algunos textos, ya sea clásicos como la Odisea, o de filiación bíblica como el Génesis, que sirve aquí de base a la reconstrucción de una historia de la división del trabajo — parodias ambas cuya presencia, además consigna los dos puntos de partida funda-mentales en la representación literaria de la realidad, dentro de la cultura occidental. El abundante ma-terial mítico que trabaja El limonero se proyecta así en un plano puramente formal, donde el concepto de “mythos”, asumido en su acepción originaria de “estructura narrativa”, redefine el objeto central sobre el que reflexiona la escritura.